UN TALLER PARA EL ENCUENTRO, EL ARTE Y EL DISEÑO

CHIDY WAYNE E ISERN SERRA
Situado en un precioso pasaje adoquinado del barrio de Poblenou, en Barcelona, en el taller-estudio de Chidy Wayne apenas hay ruido. El sol se cuela en la zona central de esta nave industrial formando sombras y refugios climáticos en áreas funcionales como la oficina del altillo, la cocina bajo la escalera y el baño. Obra de Isern Serra, el diseñador da un paso más en su trazo como autor de lugares de trabajo donde sentirse como en casa —o mejor—. El resultado es un taller tan versátil, poco convencional y lleno de encanto como el arte que nace entre sus paredes.
Quizá fuera cosa del destino o quizá del azar. Pero apenas unos minutos antes de la sesión de fotos donde conoció a Isern, Chidy encontró la nave industrial de Poblenou en la que hoy tiene su taller-estudio. “Estábamos esperando a Isern y de repente me llega una notificación de Idealista”. El resto, como se suele decir, es historia: una historia con toques de diseño, arte y arquitectura cuya línea argumental habla de amistad, admiración y respeto. Así lo cuenta Chidy: “Lo primero que me dijo Isern es que se trataba de un proyecto de los dos. Yo tenía claro que quería una zona de almacenaje, porque sabía que necesitaba orden para poder crear y, además, recibir a gente. ¿Ves estos cajones ocultos?”, señala la pared a mi izquierda. “Me permiten poder liberarlo todo, guardarlo y crear un espacio limpio en pocos minutos. Y cuando hace falta, ponerse el mono de trabajo y que esto sea zona de guerra”. Isern se sincera: “Es un taller para un artista que admiro y con el que ha habido una conexión muy fuerte. Ese fue el reto: ¿hasta qué punto hacer que se note la marca del diseño o que sea algo que lo acompañe? Creo que hemos encontrado el equilibrio justo, donde la obra y el artista se lucen”.
La imponente mesa de trabajo donde nos hallamos sentados da buena cuenta de ese balance entre pasado y futuro, entre diseño y oficio. “Estaba en el otro estudio pero era un banco de trabajo que he convertido en escritorio. Me gustaba la idea simbólica de traerme algo de allí”, dice Chidy. “No quería que fuese todo nuevo, porque entonces rechinaba con el espíritu del taller de un artista que ensucia”. Y es una pieza importante para mí.
“Me gustaba mucho que esto fuera parte del briefing. Que fuese un lugar de creación para él y su obra, pero que también pasasen muchas cosas.”
Después de varios años involucrado en exposiciones y trabajos fuera de Barcelona, este nuevo taller le ha dado a Chidy la oportunidad de profundizar en su obra y conectar de otra manera. “Uno de los propósitos era poder compartir mi espacio de otra forma. Es algo de lo que estoy muy orgulloso. Hacer cenas en una mesa central y reunir entre dieciséis y veinte personas es una manera muy distinta de compartir el arte. Si lo comparo con una exposición, donde estoy un minuto o dos con cada persona, veo que aquí me explayo. Permito que me pregunten todo lo que quieran y dejo que investiguen, que vayan cotilleando. Eso es muy chulo”. A Isern le entusiasmaba la idea: “Me gustaba mucho que esto fuera parte del briefing. Que fuese un lugar de creación para él y su obra, pero que también pasasen muchas cosas”.
Este espacio ha transformado no solo la relación de Chidy con el público sino también con su propia práctica artística. “Me ha permitido hacer formatos más grandes y he podido empezar a trabajar el acero y usar la radial porque aquí no molesto a nadie. Es como un lienzo en blanco —nunca mejor dicho— pero mucho más grande. Si algo se me ocurre, puedo hacerlo. Y no solo tengo este espacio: también está el patio”, resume.
Para el artista, este taller es como un nuevo compañero de trabajo donde se siente más enfocado. La luz es la música que ambos bailan y solo ella señala el paso de las horas: “Antes tenía vistas a la calle. Ahora no, pero tengo mucha luz. Es como un espacio atemporal, un poco suspendido, en el que eres consciente del tiempo pero no escuchas sirenas. Estás en paz”.
Peter Zumthor dijo que la atmósfera de un espacio lo es todo. En el caso de este taller-estudio, esa energía nace de la complicidad de quien lo diseña y quien lo habita.
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issue Nº24
Octubre 2025