Las manos, qué belleza atávica encierran. Con ellas nos comunicamos, creamos, construimos, nos alimentamos, damos calor, acariciamos pero también nos aferran a algo; con ellas peleamos y luchamos. Es curiosa la excelsa mutabilidad de las manos.
Jaime nunca se ha sentido identificado con ninguna etiqueta en particular. La audacia, el coraje y la fuerza de Philippe Starck fueron una gran fuente de inspiración cuando comenzó en la escuela de diseño: “ese espíritu rebelde que se atreve a romper las reglas”.